Se han hecho estudios científicos del poder que tiene la palabra. El Lcdo. Miguel Ángel Cornejo, conferencista, dedicado por más de cuarenta años a la investigación y difusión de temas como calidad total, productividad y liderazgo, entre otros, asevera, sobre la base de sus estudios, que con la palabra se puede destruir o construir a alguien.
La misma lleva intrínseco un efecto bioquímico que hace que levantes o detengas a una persona. A causa de esto, él considera que la mejor medicina para el alma es la palabra. Y si nos vamos al libro de libros, al compendio de sabiduría que es la Biblia, podemos ver en el Génesis cómo Dios creó los cielos, la tierra, e incluso, a nosotros a través de la palabra. Esto es un acto que nos muestra que la palabra tiene poder.
Y pudiéramos reflexionar, si la palabra tiene poder, entonces ¿cómo estamos usándola? Será que día a día estamos llenándonos de palabras de condenación, de palabras de desaliento, quizás sí.
Te vengo a dar una respuesta de cómo puedes vivir en plenitud usando la palabra; en este caso te hablo de la palabra de Dios, que es referencia obligada.
Los hombres y mujeres más exitosos del mundo la usan para afianzar alguna propuesta y el que solo no es inteligente, sino que también tiene la dicha de poseer sabiduría, profundiza en ella, consiguiendo respuesta hasta para su cotidianidad.
Por lo tanto, las Sagradas Escrituras están llenas de promesas y, te aclaro, las promesas de Dios son «Sí y Amén». Todo lo que Él promete considéralo, ya que es una realidad porque «Él no es hijo de hombre para que mienta ni para que se arrepienta». A veces nosotros fallamos en los pactos con Él y como Él es todo un caballero, los cumple a cabalidad. Así que busca todas esas promesas y comienza a declararlas creyéndolas sin dudar y verás cómo empieza a surgir un despuntar de gloria.
Las Sagradas Escrituras están llenas de promesas y, te aclaro, las promesas de Dios son «Sí y Amén».
En el mundo puedes conseguir libros de autoayuda que te dirán sé positivo, optimista, etc. Sin embargo, en este gran libro puedes conseguir la receta que andas buscando, pero que no es letra muerta. Hazla realidad en tu vida, en tus planes, busca allí y encontrarás un caudal de sabiduría, de estrategias.
La misma está escrita para la eternidad, jamás pierde vigencia. Así que hoy te reto a aplicar las promesas de Dios por veintiún días continuos y verás no solo la gloria de Él, sino que además se convertirá en un hábito. Cuando te digo veintiún días seguidos es para que hagas el hábito, pero por supuesto que seguirás aplicándola el resto de tu vida porque ¿quién consigue un tesoro y quiere dejarlo? Para finalizar, te puedo decir que no permitas que declaren sobre ti ninguna palabra que te venga a minimizar, a robar tus sueños.
A veces las cosas de Dios no tienen lógica porque Él es un Dios creativo. Si Dios te ha hablado a ti de algo y viene alguien a decirte eso es imposible, no lo vas a poder lograr. Recuerda: «Esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes porque yo Jehová tu Dios estaré contigo a donde quiera que vayas» Josué 1:9 (RVC).
Adelante, arrebata tu bendición con el poder de la palabra.
Nota: Artículo extraído del libro Secretos de Realeza: Operación Reina Ester. Manual de estrategias para una vida de excelencia.